En esta era digital que nos toca vivir, ¿sois los afortunados poseedores de un televisor analógico? ¡Pues guardadlo como oro en paño! (o sacad una pasta subastándolo en ebay).
Porque ese aparente trasto que, al desaparecer las emisoras analógicas, ha quedado sin aparente función, es la vía más sencilla para acercarnos a uno de los momentos culminantes del Universo: el Big Bang
Efectivamente, la praxis se limita a conectar el televisor a la antena y ponerlo en marcha, sintonizando una de las frecuencias de VHF o UHF. La nieve que aparece en pantalla, y que antaño detectábamos en los huecos entre canales de televisión, con su zumbido característico, está generada en parte por el apagado eco de la explosión fundacional de nuestro Universo. El último aliento de aquel fulgor primigenio adopta hoy la forma de una emisión de microondas que llena por completo el Universo, captándose cualquiera que sea la dirección con que se oriente el radiotelescopio. En nuestro equipo casero, alrededor del 1% de la nieve entre canales se debe al Big Bang.
A veces pongo mi televisor de tubo catódico en sintonía analógica y escucho: es el sonido del hálito final del nacimiento del Universo. Puede que os parezca un poco monótono, pero vista la programación digital con que se nos castiga, el fondo cósmico de microondas resulta bastante poético.
Xavier