El pasado fin de semana, millones de nativos de este planeta se arriesgaron a descoyuntarse el cuello mirando con fruición hacia arriba, con la esperanza de descubrir el ténue rastro luminoso que delata la inmersión de un resto del cometa Swift-Tuttle en la atmósfera terrestre. Sin embargo, unos pocos tuvieron que mirar… ¡hacia abajo!
Como, por ejemplo, el astronauta Ron Garan, que tomó esta impactante fotografía el 13 de agosto desde la Estación Espacial Internacional (ISS), a 380 km por encima de nuestras cabezas, en una posición indudablemente más cómoda que la que tuvimos que adoptar el común de mortales.
¿Vísteis alguna Perséida, a pesar de la agresiva luminosidad lunar? No desesperéis: el año próximo acudirán puntualmente, una vez más, a su cita veraniega.
Xavier