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dilluns, 6 de febrer del 2012

COUSTEAU EN MARTE

Bueno, no se parece mucho al viejo comandante ni al Calypso, pero la nave Mars Express se está convirtiendo en todo un lobo de mar.

La agencia espacial europea (ESA) informa que el radar con que va equipada su (nuestra, que la hemos pagado) misión Mars Express ha detectado pruebas evidentes de la antigua existencia de un  vasto océano en Marte. El radar MARSIS (activado en 2005) ha detectado sedimentos que constituirían la huella fósil de un lecho oceánico, dentro de los límites marcados por lo que fueron las líneas costeras marcianas.

Los expertos de la ESA han estudiado más de dos años de datos recogidos por el MARSIS, descubriendo que las planicies septentrionales marcianas encierran un material de baja densidad que interpretan como depósitos sedimentarios, probablemente ricos en hielo: una prueba decisiva acerca de la antigua existencia de un océano en Marte.

Desde hace tiempo se había especulado con la posible existencia de mares líquidos en Marte, incluso con intentos de restituir sus orillas. En concreto se han propuesto dos océanos: uno que existió hace 4 mil millones de años, cuando las condiciones ambientales eran mucho más cálidas. El segundo existiría hace 3 mil millones de años, cuando el hielo sub-superficial se derritiría tras un potente impacto, formándose canales que drenaron el agua hacia zonas menos elevadas.

Pero la ventaja de MARSIS es que penetra hasta 60-80 metros bajo la superficie marciana, revelando la naturaleza de este manto interior e identificando la huella del material sedimentario en forma de zonas de baja reflectividad radar. Estos sedimentos suelen tomar la forma de materiales granulados, de baja densidad, erosionados por el agua y transportados hasta su punto de acumulación. Lo que MARSIS no está en disposición de decirnos es si los océanos marcianos pervivieron lo suficiente como para permitir el desarrollo de la vida.

Los anteriores resultados ofrecidos por la misión Mars Express procedían del estudio de imágenes y de datos geológicos, así como de mediciones atmosféricas. Sin embargo, ahora disponemos de “observaciones” subterráneas, que añaden nuevas piezas al gran puzzle de la oceanografía marciana.

Pero una pregunta sigue incontestada: ¿dónde fue a parar toda esa agua? ¿Se evaporó gradualmente hacia la atmósfera rosada de Marte? ¿Se perdió en el espacio? ¿O sigue en el Planeta Rojo, en forma de grandes depósitos helados? Tendremos que esperar a que Mars Express nos ilumine con nuevas noticias impactantes.

Xavier