Realmente, el pequeño rover que tenemos desplazado a Marte
hace honor a su nombre. El Curiosity movió el pasado agosto su cámara hacia los
cielos rosados de Marte y captó, con absoluta nitidez, el paso de la luna
marciana Fobos por delante del Sol.
Vaya, que tenemos la suerte de contemplar un eclipse
extraterrestre. Dado que en Marte no se cumple la favorable coincidencia de
tamaños aparentes entre el Sol y la
Luna de que disfrutamos en la Tierra, allí los elcipses solares
siempre son parciales, y el Planeta Rojo nunca sucumbe a las penumbras que
constituyen el plato fuerte de los eclipses totales en la Tierra. Por contra, el reducido
tamaño y la forma irregular de las lunas marcianas quedan perfectamente
definidos cuando recortan su silueta contra el brillante disco solar.
Si eres una persona seducida por la belleza de este eclipse,
y decides cumplir un viajecito a Marte para contemplarlo en directo, deberás
estar muy atenta, porque el espectáculo es un poco más breve que en la Tierra: la secuecnia
captada pro el Curiosity duró ¡6 segundos!
La brevedad del eclipse marciano se debe a la cercanía de
Fobos respecto a la superficie de su planeta. El pequeño mundo irregular vuela
a una media de apenas 6.000
kilómetros por encima del oxidado suelo marciano, por lo
que es la luna más cercana a su planeta en todo el Sistema Solar. Eso hace que
Fobos dé una vuelta completa a Marte en apenas 7,7 horas, lo cual significa que
un observador que se pasase un día marciano completo (24,6 horas) mirando al
cielo, vería salir y ponerse Fobos ¡tres veces! (si suponemos que no le
afectase el brillo solar). ¡Qué luna tan plasta!